Durante este periodo de suspensión de actividades productivas, nuestros colaboradores se enfocan en trabajar en los procesos de preservación del medio ambiente, para cumplir con los compromisos relacionados con el cumplimiento de la normativa aplicable en materia ambiental.

Una de ellas es el cuidado y mantenimiento de SETAL, la Reserva Natural Privada administrada por la Compañía Guatemalteca de Níquel (CGN), la primera bajo la tutela de un proyecto minero en el país y el lugar que alberga al Cocodrilo Americano, el reptil más grande de Centroamérica y que se encuentra en peligro de extinción.

Por las características y riqueza en biodiversidad de SETAL, se han diseñado diferentes proyectos de conservación, entre los que se encuentra el proyecto de Monitoreo del Cocodrilo Americano, que cuenta con la asesoría científica de la Facultad de Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

El Cocodrilo Americano encuentra en SETAL las condiciones necesarias para realizar su anidación, ya que los adultos, sobre todo las hembras no son perturbadas, los nidos no son destruidos o saqueados y se realiza monitoreo para conocer qué está pasando cada temporada, con la porción de la población que ha decidido anidar en el área.

Esta especie está catalogada como vulnerable ya que se encuentra en la Lista de Especies Amenazadas de CONAP, por lo que la Ley de Especies Amenazadas mandata su protección frente al acoso que sufre y a la caza ilegal, ya que actualmente hay zonas donde ya ha desaparecido y otras donde podría desaparecer.

Afortunadamente los cocodrilos llegan anualmente al lago de Izabal a aparearse, anidar y eclosionar a un antiguo canal en SETAL, área que nos da una gran oportunidad para explorar todos estos componentes pues los nidos y los adultos se encuentran al alcance de los investigadores, en un área bastante bien delimitada y reducida, que permite incluso plantear ideas e intereses de investigación casi como un laboratorio al aire libre.

Desarrollo de Investigaciones

Por ser SETAL uno de los últimos refugios del cocodrilo en Guatemala, fue escogido por el Biólogo Javier Benítez Moreno, quien inició desde hace 2 años, una investigación para obtener el título de Doctorado en el Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), un centro público de investigación científica, que busca contribuir al desarrollo sustentable de la frontera sur de México, Centroamérica y el Caribe.  En la cual busca caracterizar y evaluar la calidad y el uso de la zona de anidación de los cocodrilos a nivel micro y macro espacial en el Lago de Izabal. Esto dejará como resultado para el país una investigación científica y el planteamiento de manejo para la época de anidación del Cocodrilo Americano, que abordará los siguientes aspectos:

• Biología general del cocodrilo americano
• Detalles de la etapa reproductiva
• Métodos para el monitoreo sistemático y formal de nidos
• Amenazas potenciales/reales para la especie en el área de SETAL
• Recomendaciones para el manejo de la especie

Este proyecto generará información sobre una especie en peligro en Guatemala, de la que poco se ha estudiado de manera formal, y casi nada se ha publicado en sitios especializados.

El cocodrilo como indicador de salud del ecosistema

El cocodrilo americano al ser un reptil longevo, con desplazamientos libres en su entorno y por su posición en la red trófica, se le ha descrito como indicador de salud del ecosistema, distintas investigaciones han medido las concentraciones de contaminantes como metales pesados, pesticidas herbicidas y combustibles fósiles acumulados en tejidos de los cocodrilos.

También se ha sugerido que pueden ser buenos monitores sobre el estado y manejo de los ecosistemas, por ejemplo, sitios en procesos de restauración o aquellas zonas que han sido altamente impactadas por distintas actividades como turísticas, industriales, cambio de uso de suelo o urbanas, esto a través de sus densidades poblacionales, características y cambios conductuales o fisiológicos, incluso monitoreando sus temporadas de anidación y detalles específicos como el desarrollo embrionario de sus nidadas.

Si bien pocos estudios se han enfocado en su totalidad a la importancia ecológica de los cocodrilos, numerosos trabajos y experiencias previas de especialistas han sugerido que esta especie tiene niveles de importancia ecológica.

Estamos orgullosos de ser parte importante del esfuerzo que las instituciones llevan a cabo para la conservación de las especies en peligro de extinción, ya que el programa de monitoreo y cuidado del cocodrilo americano, ha dado como resultado una repercusión positiva sobre la especie, pues el número de cocodrilos liberados ha aumentado significativamente durante los años del monitoreo.