CONTRIBUIMOS A LA PRESERVACIÓN DE LA VIDA

Los bosques tropicales de nuestro país albergan una asombrosa variedad de especies de flora y fauna. Además, son fundamentales para la conservación de especies en peligro de extinción, como el jaguar y el quetzal, que se han convertido en símbolos icónicos de la naturaleza guatemalteca.

Debido a su importancia en la Compañía Guatemalteca de Níquel administramos voluntariamente la Reserva Natural Privada SETAL, la cual ha sido declarada oficialmente como área protegida por el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) y abarca una extensión territorial de 617 hectáreas. Este espacio hace un aporte importante para la recuperación de zonas que fueron utilizadas para la extracción de recursos minerales, ya que a través de un vivero forestal dentro de la reserva, se generan de forma sostenible los recursos para trabajar en dichas áreas logrando a corto plazo la restauración del ecosistema.

La Reserva se divide en 3 zonas para el adecuado manejo de la diversidad biológica:

Zona de Protección Especial: Es el área de bosque latifoliado inundable, hábitat del mono aullador y cocodrilo, en la que se permite la investigación científica, la regeneración natural o inducida y programas de educación ambiental.

Zona de Recuperación: Se caracteriza por matorrales inundables, hábitat de aves acuáticas, también está abierta a la investigación científica, la regeneración natural o inducida y la educación ambiental.

Zona de Manejo Sostenible: Es un área con guamiles y pasto, ideal para visitas demostrativas del manejo sostenible y para iniciar procesos de educación ambiental.

Bosques para preservar la Vida

Los bosques tropicales desempeñan un papel crucial en el bienestar de las comunidades locales, ya que contribuyen a la regulación del clima, ayudando a mitigar el cambio climático ya que contribuyen en la absorción del dióxido de carbono de la atmósfera, de manera que adquieren una gran importancia para la conservación del medio ambiente.

Sin embargo, los bosques enfrentan desafíos significativos debido a la deforestación y la degradación causada por actividades humanas insostenibles, como la tala ilegal, por lo que gracias a la producción de plantas nativas en el vivero forestal de SETAL, desarrollamos actividades de recuperación ambiental, donde la reforestación es un factor clave para el éxito de este proceso que se lleva a cabo en tres etapas.

En la primera se implementan prácticas de conservación de suelo y agua, como la construcción de barreras vivas y muertas para la disminución de la erosión; y la construcción de diques, canales o acequias para la conducción de agua de lluvia de manera no erosiva.

Durante la segunda, se reforesta el área y se reintroducen las especies nativas de árboles, arbustos, hierbas y lianas en concordancia con el proceso de sucesión ecológica natural.

La tercera y última etapa, contempla el manejo y monitoreo del desarrollo vegetativo y efectividad de las prácticas de conservación de suelo y agua para detectar el re-aparecimiento de las especies de fauna silvestre de la región.

Para llevar a cabo todo el proceso de reforestación brindamos oportunidades de trabajo a mano de obra local, capacitando técnicamente y de manera continua al personal que interviene en dichas labores, siendo esta otra opción de empleo para las comunidades vecinas.

Los bosques tropicales participan en la regulación del clima, ayudan a mitigar las sequías y las inundaciones, contribuyen en la conservación de los suelos y la recuperación de su fertilidad y evitan la erosión de los suelos; son los principales captadores de agua en forma de lluvia; asimismo, en el suelo de estos ecosistemas se encuentran muchos microorganismos esenciales en los ciclos biogeoquímicos de la tierra, por ello para proteger, conservar y restaurar estos ecosistemas, continuamos implementando el Plan Maestro de la Reserva, aprobado por el CONAP, lo que reafirma nuestro compromiso con el cuidado del medio ambiente.

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