PROTEGIENDO NUESTRO RECURSO VITAL

En la Compañía Guatemalteca de Níquel (CGN) una de nuestras prioridades ha sido preservar la salud del suelo, pues somos conscientes de la importancia que tiene para el bienestar de nuestro planeta y las generaciones futuras.

Debido a la naturaleza del proyecto concentramos gran parte de nuestros esfuerzos operativos en el tema ambiental, sobre todo durante este periodo de suspensión de actividades productivas, con el objetivo de dejar una huella positiva en las áreas minadas; es decir, en condiciones superiores en términos vegetales, faunísticos y sociales que, al inicio de las operaciones.

El suelo es un recurso no renovable que sustenta la vida en la Tierra, es esencial para la producción de alimentos, ya que proporciona nutrientes y un medio adecuado para el crecimiento de las plantas. Además, el suelo actúa como un filtro natural, ayudando a purificar el agua y a regular el ciclo hídrico. También alberga una gran diversidad de organismos, desde bacterias hasta insectos y lombrices, que desempeñan un papel fundamental en los procesos de descomposición y fertilidad del suelo.

Sin embargo, el suelo está siendo amenazado en todo el mundo debido a prácticas agrícolas insostenibles, deforestación, urbanización descontrolada, contaminación y el cambio climático. Estos factores pueden llevar a la erosión del suelo, la pérdida de la estructura y la fertilidad, y la degradación general de la calidad del suelo.

La conservación del suelo es un tema de vital importancia

Como parte de nuestros programas de responsabilidad ambiental, desarrollamos de forma permanente actividades de recuperación ambiental en donde la reforestación con especies nativas es un factor clave para el éxito de este proceso.

La recuperación ambiental se da en tres etapas de trabajo:

Implementación de prácticas de conservación de suelo y agua, esta primera etapa consiste en la construcción de barreras vivas y muertas para la disminución de la erosión; y la construcción de diques, canales o acequias para la conducción de agua de lluvia de manera no erosiva.

Reforestación del área, está segunda etapa contempla la reintroducción de especies nativas de árboles, arbustos, hierbas y lianas en concordancia con el proceso de sucesión ecológica natural.

Recuperación ambiental, esta tercera etapa contempla el manejo y monitoreo del desarrollo vegetativo y efectividad de las prácticas de conservación de suelo y agua para detectar el re-aparecimiento de las especies de fauna silvestre de la región.

Este proceso de cuidado del medio ambiente también brinda oportunidades de trabajo a mano de obra local, pues se contrata a vecinos de las comunidades para llevar a cabo las tareas de conservación de suelos, recolección y producción de semillas, producción de plantas en vivero, reforestación y mantenimiento, dichos vecinos también reciben capacitación técnica de manera continua para llevar a cabo cada uno de los procesos.

La conservación del suelo también implica implementar medidas y prácticas que minimicen la erosión y promuevan su salud y productividad a largo plazo, esto incluye técnicas como conservación de humedales y la prevención de la deforestación, que logramos a través de nuestra Reserva Natural Privada SETAL, declarada como área protegida por el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) y abarca una extensión territorial de 617 hectáreas.

SETAL hace un aporte importante para la recuperación de zonas que fueron utilizadas para la extracción de recursos minerales, ya que, a través de su vivero forestal dentro de la reserva, se generan de forma sostenible más de cincuenta tipos de plantas, incluyendo especies frutales, maderables y especies protegidas por su importancia ecológica, recursos vitales para trabajar en las áreas a recuperar, logrando la restauración del ecosistema a corto plazo.

La conservación del suelo beneficia a toda la sociedad en general, pues un suelo saludable y fértil garantiza la disponibilidad de alimentos nutritivos, la conservación de la biodiversidad, la protección de los recursos hídricos y la mitigación del cambio climático. Además, la conservación del suelo contribuye a la estabilidad de los ecosistemas y al mantenimiento de la belleza natural de nuestros paisajes.

En conclusión, la conservación del suelo es esencial para garantizar la sostenibilidad y la supervivencia de nuestro planeta y es responsabilidad de todos tomar medidas para proteger y preservar este recurso vital. Solo a través de la conservación del suelo podemos asegurar un futuro próspero para las generaciones venideras y mantener la salud de nuestro ecosistema global.

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